miércoles, enero 3

Siglo XX El baile de los Estatuts

Año 1914: Mancomunitat de Catalunya

Durante el reinado de Alfonso XIII, el presidente de la Diputación de Barcelona, Enric Prat de la Riba impulsa la creación de la Mancomunidad de Catalunya que agruparía a todas las diputaciones de Catalunya. El proyecto enviado por los catalanes al Congreso de Diputados español es aprobado pero con muchos recortes. Es otro gran intento de los catalanes para mejorar su autogobierno pero sus aspiraciones son rebajadas seriamente. Eso sí, es la primera vez desde 1714 que hay un órgano que gobierna globalmente Catalunya, aunque sea con pocas competencias. Es el precedente de la actual Generalitat y Estatut.

Año 1923: Dictadura de Primo de Rivera

Golpe de estado de Primo de Rivera. Elimina la Mancomunitat de Catalunya, prohibe el uso del catalán y de la bandera catalana en la vida pública.

Año 1931: proclamación de la República Catalana

Elecciones municipales en toda España, las izquierdas ganan mayoritariamente y se proclama la 2ª República de España.

En Catalunya gana Esquerra Republicana de Catalunya (fusión de dos partidos y una entidad independentistas). Francesc Maçià, presidente de ERC, entra en el Palau de la Generalitat y desde el balcón proclama la “República Catalana dentro de una federación de repúblicas ibéricas” (ver video discurso Maçià). Es la cuarta vez que Catalunya declara su independencia, aunque en este caso sea federada con otras repúblicas.

El gobierno provisional de la República Española, preocupado por su repercusión, envía tres ministros a Barcelona para negociar. Bajo la presión de que el ejército puede levantarse en contra de la república que acaba de nacer, Maçià acepta rebajar sus pretensiones y se acuerda restaurar el gobierno de la Generalitat, cuya misión será redactar un Estatut d’Autonomia.

Así lo hace, pero igual que sucedió con el proyecto de la Mancomunitat, cuando el Estatut de Núria llega a Madrid es rebajado considerablemente.

Año 1934: proclamación del Estat Català

En 1933 muere Francesc Maçià y Lluís Companys de ERC es elegido nuevo Presidente de la Generalitat de Catalunya por mayoría aclaparadora: 56 votos favorables y 6 abstenciones.

En 1934, ante la involución conservadora de la República Española, Lluís Companys proclama el “Estat Català dentro de la república federal española”. Es la quinta vez que un gobierno catalán declara la independencia. El ejército, siguiendo órdenes de Madrid, anuncia el estado de guerra y rodea la Generalitat defendida por los Mossos d’Esquadra. Al día siguiente el presidente democrático de la Generalitat se rinde, el Estatut d’Autonomia es abolido y la Generalitat suspendida.

Lluís Companys, presidente elegido democráticamente, es encarcelado por la República. En Febrero del 36 es liberado y vuelve a Catalunya aclamado por el pueblo (ver discurso desde el balcón de la Generalitat).

Con la entrada de Franco en Barcelona huye a Francia donde, una vez terminada la Guerra Civil, es detenido por la Gestapo, deportado a España y fusilado por traidor. Pide descalzarse para pisar con sus propios pies la “terra catalana” y sus últimas palabras son “Per Catalunya” (por Catalunya).

Año 1936-1978: dictadura de Franco

En 1938 Franco deroga el Estatut de Catalunya, “en mala hora concedido de acuerdo con el principio de unidad de la Patria, devuelva aquellas provincias el honor de ser gobernadas en pie de igualdad con sus hermanas del resto de España”.

El catalán y todos los símbolos catalanistas son perseguidos. Así y todo la Generalitat se mantiene activa desde el exilio, siendo presidente primero Josep Irla y después Josep Tarradellas, hasta su restauración en 1979.

Año 1979: Estatut d’Autonomia de Sau

Con la Constitución de 1978 se reestablece la Generalitat de Catalunya y se desarrolla el Estatut de Sau, recuperando una parte de las competencias de gobierno que tuvo antaño antes del Decreto de Nueva Planta.

Año 1980-2003: primer autonomismo

Desde 1980 hasta 2003 Jordi Pujol es Presidente de la Generalitat y responsable de desarrollar el Estatut d’Autonomia.

Debido a las reticencias del PSOE y PP, el proceso es tan lento que 23 años después todavía son muchas las competencias fijadas por el Estatut que nunca han sido traspasadas a la Generalitat y en las que lo han sido el intervencionismo del Gobierno central es continuo. De esta forma, la Generalitat ha denunciado numerosas veces al Tribunal Constitucional estas inferencias pero, a pesar de las numerosas sentencias favorables, el Gobierno se niega a cumplir buena parte de ellas.

Paralelamente se consolida la existencia de un grave desequilibrio fiscal entre Catalunya y el resto de España que es denunciado de forma continua por la primera.

Año 2003-2006: nuevo Estatut de Catalunya

Pasqual Maragall, nuevo Presidente de la Generalitat, inicia la redacción de un nuevo Estatut con el apoyo de 120 diputados y teniendo en contra sólo a los 15 del PP.

Más que aumentar las competencias cedidas a Catalunya, este nuevo Estatut tiene un doble objetivo:

  1. Poner mecanismos para que el Gobierno central no pueda seguir bloqueando    el traspaso de competencias, ni invadir las que ya están traspasadas.

  1. Asegurar el equilibrio fiscal entre Catalunya y España, incluyendo una “cuota de solidaridad justa” con el resto de territorios y un principio de ordinalidad.

Es el penúltimo intento para encontrar un mejor encaje de Catalunya en España. Igual que pasó con la Mancomunitat y el Estatut de Sau, el Gobierno central rebaja considerablemente la propuesta del Parlament. Primero con una negociación entre Zapatero y Mas, y después con el famoso “cepillado” de Alfonso Guerra (presidente del comité del Congreso que lo revisa dejándolo de tal forma que “no lo conocerá ni la madre que lo parió”, frase textual de Guerra).

A pesar de ello, el pueblo de Catalunya lo refrenda mayoritariamente con el 74% de  votos a favor y una participación del 49%. Basándose en la baja participación, el PP denuncia que el pueblo de Catalunya en realidad no quiere un nuevo Estatut. Al margen de la legitimidad de los resultados, sea cual sea la participación, la lectura de la mayoría de opinadores políticos en Catalunya es que la baja participación se debe a un doble efecto:

  1. Hay pocas dudas de que ganará el voto favorable.
  2. Debido a los recortes sufridos desde la propuesta inicial, buena parte de los votantes se sienten defraudados.

Año 2006-2010: sentencia contra el Estatut

Durante el proceso del nuevo Estatut, el PP realiza una campaña recogiendo 4 millones de firmas en toda España en contra del Estatut.

En 2006 el PP y el Defensor del Pueblo (elegido por el PSOE) denuncian el Estatut ante el Tribunal Constitucional. Éste tarda cuatro años en dictar sentencia, con un miembro catalán recusado por el PP, otro muerto no sustituido y cuatro miembros más con su mandato caducado. Curiosamente una vez dictada sentencia en apenas unos meses PP y PSOE se ponen de acuerdo para renovar el tribunal.

Finalmente en 2010, cuando el Estatut ya ha sido refrendado por un 74% de los catalanes en referéndum, el TC dicta sentencia rebajando una vez más su contenido competencial.

Año 2010-2012: inicio del proceso de Independencia

La sentencia del Estatut causa un rechazo absoluto en Catalunya. Un día después de la sentencia, el 10 de Julio del 2010, se organiza una manifestación en Barcelona en contra de la misma. Según la Policia acuden 1.100.000 manifestantes. TVE, El Pais, el Mundo, el ABC y la Razón publican en sus páginas que la empresa Lynce, con 175 fotografías áreas demuestra que sólo eran 56.000 manifestantes.

Yo mismo contacto con Lynce pidiéndoles datos más detallados. En su respuesta escrita que todavía conservo, me indican dos hechos muy relevantes:

  1. Por problemas técnicos el helicóptero que realizó las fotografías no pudo despegar hasta las 20.40 h. Cabe recordar que la manifestación empezó a las 17.00 h y que a las 20.00 h ya había sido desconvocada.

  1. A pesar de que la manifestación desbordó las calles delimitadas para la misma, sólo fotografiaron la zona “oficial” porque “sino podíamos contar a turistas como manifestantes”.  En realidad a esa hora, cuando ya hacía rato que había acabado la manifestación, había más manifestantes tomando una cerveza en la Rambla Catalunya, fuera del límite, que en el propio Paseo de Gracia…

Tras tres años de vida Lynce ha cerrado sus puertas. Es simplemente un ejemplo de la manipulación de los medios españoles para minusvalorar el movimiento independentista catalán.


Desde ese momento hasta el 2012, en Catalunya empiezan tres movimientos cívicos que son claves en este proceso junto con el papel que siempre ha desarrollado Omnium Cultural para defender la cultura catalana:

1)    Asociación de Municipios pro-independencia: en fecha 17/11/12 son más de 600 municipios (64% del total) los que se han adherido a esta asociación que tiene como objetivo “desarrollar todo aquello que sea útil para llevar al pueblo de Catalunya hacia la independencia”.

2)    Coordinadora para la consulta sobre la Independencia: asociación que ha promovido la realización de consultas en los municipios para la independencia. A pesar de que los tribunales prohibieron el apoyo público a estas consultas, se ha realizado en 544 municipios obteniendo un total de 812.934 votos a favor. Obviamente el resultado del SI (92%) no indica nada porque los que estaban en contra no iban a votar, pero sin duda es una muestra del apoyo que suscita la independencia.

3)    Assemblea Nacional Catalana: asociación cívica creada con el objetivo de ayudar a hacer de Catalunya una nación libre, justa y avanzada. Estos años han realizado multitud de actos en apoyo de la independencia pero su actividad clave fue la convocatoria de la manifestación del 11 de Septiembre de 2012 bajo el lema: “Catalunya, nou estat d’Europa” (Catalunya, nuevo estado de Europa).


11 Septiembre del 2012: manifestación “Catalunya, nou Estat d’Europa”

Según la Policía acuden 1.500.000 manifestantes, según el Gobierno Civil 660.000. Tanto Rajoy como Alicia Sánchez-Camacho declaran que son muchos más los que no han salido a la calle, “una mayoría silenciosa”.

El 12/10/12 se realiza en Barcelona una manifestación en pro de la unidad de Catalunya y España. Según la Policía hay 6.000 asistentes, según el Gobierno Civil 65.000. El PP acude a la convocatoria pero esta vez no hace ninguna referencia a la “mayoría silenciosa”.

Aun tomando en cada caso los datos más desfavorables a los catalanistas y más favorables a los españolistas (660.000 vs 65.000), la manifestación independentista tiene diez veces más público que la unionista. Esto sin contar que, como reconocieron los propios organizadores, a la segunda acudieron autocares de toda España.

Para poder dimensionar los datos de la manifestación del 11 de Septiembre a los ojos de los españoles, sería como si en Madrid salieran a la calle entre 4,5 y 9 millones de personas.

De nuevo en España los medios de comunicación intentan minimizar este acto. Mientras que en la BBC es cabecera del noticiario, en TVE fue la 7ª noticia a los 20 minutos de haber empezado el Telediario. En ABC, el Mundo y la Razón la noticia más destacada de la manifestación fue la quema de una bandera europea realiza por tres personas en el Casc Antic de Barcelona cuando la convocatoria era en Paseo de Gracia. Aparte de los periodistas que fueron convocados anónimamente, no hay ni un solo manifestante presente durante la quema de la bandera.

Para los medios internacionales el auge del independentismo en Catalunya es absoluto y las encuestas realizadas sólo hacen que confirmarlo:

P.e. según el barómetro 3ª ola 2012 del CEO de la Generalitat (Centre d’Estudis i Opinió):

A favor de la independencia              57.0%
En contra                                           20.5%
Abstención                                         14.3%
No sabe / no contesta                        8.2%

Si eliminamos la abstención que no contaría en los resultados de un referéndum, el SI a la independencia tendría un resultado favorable del 67%.

Otras encuestas realizadas por medios de comunicación privados muestran resultados similares. Desde España, la encuesta realizada con mayor base es el barómetro de Noviembre 2012 del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). La pregunta no es la misma que aparecería en un referéndum pero también da una idea de los posibles resultados:

Estado con un único Gobierno central sin autonomías                               10%
CCAA con menor autonomía que en la actualidad                                      4%
CCAA como en la actualidad                                                                       16%
CCAA con mayor autonomía que en la actualidad                                      26%
Que las CCAA puedan ser Independientes                                                 41%
No sabe / no contesta                                                                                   3%


20 Septiembre del 2012: reunión Rajoy-Mas sobre el Pacto Fiscal

Cumpliendo con su programa político y con el respaldo de la mayoría del Parlament de Catalunya, el 20 de Septiembre Mas se reune con Rajoy para proponerle un pacto que solucione el desequilibrio fiscal entre Catalunya y España. De nuevo, otro intento más para encontrar un mejor encaje entre ambos. La respuesta es una negativa tajante de Rajoy.

A partir de este momento, los partidos soberanistas catalanes abandonan toda esperanza de alcanzar un acuerdo con el Estado español para encontrar un término medio que permita a Catalunya sentirse cómoda dentro del mismo. Con ello empieza el “proceso” para poder llevar a cabo un referéndum que evalúe si existe o no una mayoría de catalanes a favor de la independencia.

Tras continuas negativas a pactar dicho referéndum llegamos a la jornada del 1 de Octubre del 2017 y posterior aplicación del 155, decreto conforme, una vez más, se deroga o interviene la autonomía de Catalunya.

Conclusión

Hasta 1714 y durante 600 años, Catalunya dispuso de sus propios órganos de gobierno sin ninguna autoridad superior, pues el Rey no podía imponer ninguna ley sin el consentimiento de las Corts Catalanes (“lo pactado obliga”). Durante los siguientes 300 años, los catalanes se han debatido siempre entre dos opciones:

1)    Encontrar un mejor encaje en España a través de recuperar competencias de gobierno.

2)    Directamente disponer de un estado libre e independiente.


Hasta en ocho ocasiones se ha intentado la vía de encontrar un mejor encaje:

·         Las Guerras Carlistas, el Memorial de Greuges, la Mancomunitat de Catalunya, el Estatut de Núria, el Estatut de Sau, el Estatut del 2006, la lista de 23 puntos del president Mas con el pacto fiscal o la lista del president Puigdemont con sus 46 puntos.

En prácticamente todas ellas, la reacción desde Madrid fue siempre rebajar considerablemente el nivel de autogobierno demandado por los catalanes o directamente rechazarlo o suspenderlo. Recordemos:

·         Recorte de la Mancomunidad, recortes del Estatut de Nuria, recortes del Estatut de Sau, recortes y sentencia en contra del Estatut del 2006, no al pacto fiscal y a los 23 o 46 puntos de los presidents Mas y Puigdemont.

Por esto también son muchas las veces que los catalanes han optado directamente por intentar separarse de España o al menos constituirse como un pueblo soberano, probablemente para poder “negociar” de tú a tú con el estado español:

·         La República Catalana de Pau Claris, la Guerra de 1714, la 2ª República Catalana de Francesc Maçià, el Estat Català de Companys y por supuesto el movimiento independentista actual.

En todas estas ocasiones siempre han sido los órganos de gobierno y democráticos de Catalunya o sus legítimos representantes los que han dado este paso adelante. Nunca fueron pronuncionamientos de militares alcistas, ni similares.

Lamentablemente, siempre la respuesta desde Madrid, Castilla o España no ha sido precisamente democrática. Hasta en cinco ocasiones se han suspendido o directamente suprimido las instituciones democráticas catalanas:

·         El Decreto de Nueva Planta en 1714, Primo de Rivera en 1923, el ejército contra la Generalitat de Companys en 1934, el propio Franco fusilando al presidente de la Generalitat y ahora la aplicación del 155.

Si hacemos una media desde 1714, cada 30 años Catalunya ha intentado recuperar todo o buena parte de su autogobierno. Cuando las pretensiones eran de un mayor autogobierno, la reacción fue recortarlo. Y cuando el movimiento era para obtener la independencia o reafirmar su soberanía, la reacción fue siempre suspender por la fuerza los órganos de gobierno catalanes.

En cierta forma, es como si cada generación de catalanes lo hubiera intentado al menos una vez. Y, duele decirlo, pero la reacción desde España recuerda demasiado a la famosa frase del general Espartero: “habría que bombardear Barcelona cada 50 años”.

El Estatut del 2006, la demanda del Pacto Fiscal y las dos listas de los presidents han sido los últimos intentos de encontrar un mejor encaje de Catalunya en España. Y de nuevo las aspiraciones de los catalanes se han visto recortadas o directamente rechazadas. Llueve sobre mojado. Por eso, si miramos lo que ha pasado a lo largo de la historia, no debería extrañarnos que ahora los catalanes opten por la otra vía, la de reclamar la independencia a través de ejercer su derecho a la autodeterminación.Y tampoco nos debe extrañar que la reacción del estado español haya sido la represión.

La historia es cíclica y los problemas sin resolver vuelven una y otra vez. Sólo este mero relato de los hechos ya debería hacer reflexionar a la mayoría de los españoles. Escudarse en que es un suflé, un lavado de cerebro, un intento de CiU de esconder sus vergüenzas, culpar a TV3 con su 14% de audiencia o a las escuelas catalanas cuando la gente mayor que fueron a las escuelas franquistas son igual o más independentistas que los jóvenes, es engañase a uno mismo.


¿No sería más prudente pararse y escuchar las razones de un pueblo que durante 300 años una y otra vez ha querido ser soberano?


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