miércoles, enero 3

Siglo XIX Las Guerras Carlistas

1807-1814

En 1807 Napoleón entra en territorio español para conquistar Portugal pero acaba imponiéndose en España. Se inicia la Guerra del Francés, durante la cual Napoléon concede la independencia a Catalunya bajo tutela francesa (1810-1812). Es la tercera vez desde 1640 que Catalunya, aunque sea momentáneamente, es independiente de España. De 1812 a 1814 Napoleón anexiona Catalunya a Francia, creando cuatro departamentos.

En 1812 se redacta la Constitución de Cádiz. Los enviados catalanes apenas intervienen en las discusiones porque no dominan el castellano (para ellos sigue siendo una lengua extranjera…).

En 1814, Napoleón se retira de la península, retorna Fernando VII al poder y se acaba la guerra. Catalunya vuelve a formar parte de España.

Siglo XIX

Durante todo el siglo XIX se producen diversos pronunciamientos militares, varias restauraciones monárquicas y la proclamación de la 1ª República Española.

Dentro de estos movimientos políticos se incluyen las tres Guerras Carlistas (la primera de ellas como disputa entre los partidarios del Infante Carlos y los de Isabel II para heredar la corona española). Desde Catalunya las guerras Carlistas son vistas como la oportunidad para recuperar los derechos perdidos con el Decreto de Nueva Planta. Aunque no pueden considerarse guerras por la independencia de Catalunya, sí son una buena muestra de la voluntad de los catalanes de recuperar su autogobierno.

Entre la 1ª y la 2ª guerra carlista, el general español Espartero bombardeó Barcelona tras un levantamiento provocado por la crisis del sector algodonero (2º bombardeo a Barcelona por parte de soldados españoles). Suya es la frase "a Barcelona hay que bombardearla al menos una vez cada 50 años".

Un buen ejemplo de cómo era la relación Catalunya-España en aquella época es el discurso del General Prim en 1851 en el Congreso de los Diputados abogando por el cese del Estado de Sitio que duraba ya 8 años en Catalunya (página 759 del libro Historia del General Prim). Cabe recordar que Prim llegó a ser Presidente del Consejo de Ministros de España, por lo que es poco sospechoso de ser un independentista catalán:

"¿No es Catalunya un país laborioso, trabajador, inteligente y honrado? No lo podéis negar. Pues entonces, ¿por qué lo mandáis como a un país de salvajes o de vagabundos?...¿Qué necesidad de ese estado de sitio permanente en Cataluña, pues hace ocho años, señores, que está allí rigiendo este sistema con muy pocas excepciones?... Ya han oído los señores diputados el gran número de catalanes que han sido fusilados sin sentencia legal, sin formación de causa. Pues son también muchos los que juzgados por la misma legislación han sido deportados, unos a Filipina, otros a la Islas Canarias, otros a provincias del interior…

… ¿Hasta cuando hemos de ser tratados como esclavos? ¿Somos o no somos españoles?, decían todos los catalanes. Ministros de España: los catalanes ¿son o no son españoles? ¿Son nuestros colonos o son nuestros esclavos? Si no los queréis como españoles, levantad de allá vuestros reales, dejadlos, que para nada os necesitan; pero si siendo españoles los queréis esclavos, si quereis continuar la política de Felipe V, de ominosa memoria, sea en buena hora, y sea por completo; amarradles a la mesa el cuchillo, como lo hizo aquel rey; encerradlos en un círculo de bronce; y si esto no basta sea Cataluña talada y destruida y sembrada de sal como la ciudad maldita…”

Año 1885: Memorial de Greuges


El Centre Català, entidad fundada unos años antes para defender los intereses del catalanismo, presenta a Alfonso XIII el “Memorial de Greuges” (memorial de perjuicios), documento donde se incluyen toda una serie de reinvidicaciones políticas y económicas basadas en los perjuicios que ha sufrido Catalunya desde el decreto de Nueva Planta. Es en realidad el primer gran acto del catalanismo para encontrar un mejor encaje de Catalunya dentro de España.


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