(si tenéis alguna duda sobre alguno de los episodios
históricos que relataremos a continuación, podéis consultar la “versión larga”
donde los encontraréis más desarrollados)
Sólo recogemos los capítulos más relevantes en relación
a la conformación de la nacionalidad catalana y su relación con el estado español.
Siglos
XII y XIII: formación de Catalunya como nación
Al igual que el resto de lenguas románicas, desde
los siglos X y XI el catalán es una lengua 100% diferenciada del latín.
Los primeros escritos que se conservan y que hacen
referencia al Conde de Barcelona como “Rector Catalanicus hostes, Catalanicus
heros, Christicolas Catalanensesque, Dux Catalanensis” datan del siglo XII.
También de ese siglo se dispone de un sello del Conde de Barcelona con la
primera muestra de la existencia de las “cuatro barras” de la senyera.
En 1283 se celebran las primeras Corts Catalanes,
aunque las Assamblees de Pau i Treva que se consideran sus precusoras son del
siglo XI. En esas mismas cortes se promulgan las primeras Constitucions
Catalanes y en el siguiente siglo se consolida la Generalitat de Catalunya como
un ente permanente.
Desde ahora y hasta 1705 las únicas normas que
regirán en Catalunya serán las que emanen de las Corts Catalanes. Todos los
futuros Condes de Barcelona, incluidos los descendientes de los Reyes Católicos
y sus sucesores, para ser considerados príncipes de Catalunya, deberán jurar
cumplir y guardar las Constitucions Catalanes.
En los siglos XII y XIII el Principado de Catalunya
es una realidad con consulados en las principales ciudades del mundo. Su
príncipe es el Conde de Barcelona que comparte corona con los reinos de Aragón
y Valencia, aunque la corte esté en Catalunya. Cada uno de dichos reinos dispone
de sus propias Cortes independientes.
Por tanto, podemos decir sin ninguna duda que
Catalunya en el siglo XIII es una realidad, con una lengua y cultura propia,
con sus propios órganos de gobierno y constituciones y, por tanto, es un sujeto
político en el mundo. En una palabra que tomará sentido más adelante en la
historia, Catalunya es una nación.
1469:
Reyes Católicos
Con el matrimonio de Isabel con Fernando, sus
descendientes unen los reinos de Castilla-León, con los de Aragón y Valencia y
el principado de Catalunya.
En ese momento Catalunya ya dispone de 200 años de
historia.
Los diferentes reinos de España sólo comparten
corona. Tienen leyes diferentes, Cortes diferentes, lenguas diferentes, monedas
diferentes… Aparte del Rey y alguna entidad como la Inquisición, no comparten
ni un solo estamento de gobierno.
Catalunya ya lleva a cuestas 400 años de existencia.
1641:
República Catalana
Ante las presiones del Conde Duque de Olivares para
centralizar el gobierno del reino, imponer normas comunes por encima de las
catalanas y recaudar impuestos para sufragar la guerra de los 30 años, Pau
Claris, presidente de la Generalitat, y el Consell de Cent, gobierno de
Barcelona, declaran la
República Catalana bajo la protección de Francia.
Primer intento de los catalanes para separarse del
reino de España, incluso antes de que la unión política se hubiera consolidado.
1713-1714:
Guerra de Sucesión
En la guerra de sucesión por la corona de España,
Catalunya decide apoyar al Archiduque Carlos frente a Felipe d’Anjou, candidato
de los castellanos. La razón es el temor a que Felipe aplique la política
absolutista de su abuelo Luis XIV, rey de Francia. En cambio, el Archiduque
Carlos a través de sus aliados los ingleses, acuerdan con los catalanes en el
Pacto de Génova que siempre mantendrán sus Cortes y Constituciones.
La Guerra de Sucesión finaliza en 1713 con la Paz de
Utrecht, en la que el candidato que apoyaban los catalanes, el Archiduque
Carlos, renuncia al trono a favor de Felipe V. A pesar de ello, los diputados
de las Corts Catalans votan continuar la guerra contra Felipe V, esta vez no
para imponer otro rey sino para mantener sus Cortes y Constituciones. Es decir,
desde ese momento ya no es una Guerra por la Sucesión sino por su propia
independencia. Es el segundo intento en menos de un siglo de Catalunya para librarse
del rey español.
1716:
Decreto de Nueva Planta
El 11 de Septiembre de 1714 las tropas de Felipe V
asaltan Barcelona después de un año de asedio y Catalunya capitula. En 1716 se
publica el Decreto de Nueva Planta con el que se eliminan las Corts Catalanes y
se imponen las leyes castellanas y el castellano como lengua oficial única en
Catalunya.
Después de 600 años termina la independencia de
Catalunya. Primera vez que España impone por las armas la supresión de leyes e
instituciones democráticas en Catalunya. No será la última.
1810-1812:
Catalunya independiente bajo el control de Napoleón
Durante el dominio de Napoleón en España, éste concede
la independencia a Catalunya bajo tutela francesa. Es la tercera vez desde 1640
que Catalunya, aunque sea de forma momentánea, es independiente de España,
aunque es tan poco significativo que pocas crónicas recogen este momento.
Con el levantamiento del 2 de Mayo, Fernando VII
vuelve al trono y Napoleón se retira de España. Catalunya vuelve a ser parte de
España.
Siglo
XIX: Guerras Carlistas
Durante el siglo XIX se producen las tres Guerras
Carlistas para luchar por el trono del reino de España. Catalunya apoya a los
pretendientes carlistas a cambio de sus promesas de recuperar las Corts y
Constitucions Catalanes que fueron derogadas por el Decreto de Nueva Planta.
En cierta forma, es el primer intento para encontrar
un mejor encaje de Catalunya dentro de España a través de un mayor
autogobierno.
1885:
Memorial de Greuges
El Centre Català, entidad fundada para defender los
intereses del catalanismo, presenta a Alfonso XIII el “Memorial de Greuges”
(memorial de perjuicios), donde se realizan una serie de reinvidicaciones
políticas y económicas de Catalunya por los perjuicios sufridos desde el
Decreto de Nueva Planta.
Es el segundo gran acto del catalanismo para
reivindicar un mejor encaje de Catalunya dentro de España.
1914:
Mancomunitat de Catalunya
El presidente de la Diputación de Barcelona, Enric
Prat de la Riba, impulsa la creación de la Mancomunidad de Catalunya que
agruparía a todas las diputaciones de Catalunya. Será la primera vez desde 1714
que exista un órgano que gobierne Catalunya como una unidad. El proyecto es
aprobado por el Congreso español pero con muchos recortes.
Tercer gran intento de los catalanes para aumentar
su autogobierno y encajar mejor dentro de España, aunque sus aspiraciones son
rebajadas considerablemente.
1923:
Dictadura de Primo de Rivera
Golpe de estado de Primo de Rivera. El dictador elimina
la Mancomunitat de Catalunya, prohibe el uso del catalán y de la bandera
catalana en la vida pública.
Segunda vez que el ejército español elimina
instituciones democráticas de Catalunya y segundo intento después del Decreto
de Nueva Planta de arrinconar o suprimir el catalán como lengua.
1931:
proclamación de la
República Catalana
Elecciones municipales en España. En Catalunya gana
ERC y su presidente Francesc Maçià proclama la “República Catalana
dentro de una federación de repúblicas ibéricas” (ver video
discurso Maçià). Es el cuarto intento desde 1641 de Catalunya para ser
independientes, aunque en este caso sea federada con las otras “repúblicas de
España”.
El gobierno provisional de la República Española
presiona a Maçià con el argumento de que el ejército puede levantarse de nuevo y
consigue rebajar sus pretensiones, cambiando la República Catalana
por un Estatut de Autonomía. Estatut que una vez enviado a Madrid será
seriamente recortado. Segunda vez que las pretensiones de mayor autogobierno de
Catalunya son recortadas, en este caso doblemente (primero con el “no” a la república Catalana
y después con los recortes al Estatut).
1934:
proclamación del Estat Català
Lluís Companys de ERC es elegido Presidente de la
Generalitat de Catalunya con 56 votos favorables, 6 abstenciones y ningún voto
en contra.
Ante la involución conservadora de la República Española
y desalentado por los recortes del Estatut, Companys proclama el “Estat Català
dentro de la república federal española”. El ejército español rodea a los
Mossos d’Esquadra en la Generalitat y al día siguiente el presidente se rinde,
el Estatut d’Autonomia es abolido y la Generalitat suspendida.
Es la quinta vez que un gobierno en Catalunya
declara la independencia del país desde el siglo XVII, y la tercera que el
ejército y el gobierno de Madrid eliminan o suspenden las instituciones
democráticas de Catalunya.
En Febrero de 1936 es liberado y vuelve a Catalunya
aclamado por el pueblo (ver su discurso
desde el balcón de la Generalitat).
Con la entrada de Franco en Barcelona huye a Francia
donde, una vez terminada la
Guerra Civil , es detenido por la Gestapo, deportado a España
y fusilado por traidor. Pide descalzarse para pisar con sus propios pies la
“terra catalana” y sus últimas palabras son “Per Catalunya” (por Catalunya).
1936-1978:
dictadura de Franco
En 1938 Franco deroga el Estatut de Catalunya, “en mala hora concedido”.
El catalán y todos los símbolos catalanistas son perseguidos. Tras Felipe V y
Primo de Rivera, nuevamente una dictadura impone el castellano y persigue el
catalán.
1979:
Estatut d’Autonomia de Sau
Con la Constitución de 1978 se reestablece la Generalitat
y se aprueba el Estatut de Sau, recuperando Catalunya una parte de las
competencias de gobierno que tuvo durante 600 años. Algunos españoles creen que
la Generalitat se crea entonces o es fruto de la Constitución pero en realidad
Josep Tarradellas es el presidente número 125 de la Generalitat…
1980-2003:
autonomismo con Jordi Pujol
El ritmo de desarrollo de las competencias es tan
lento que, a pesar de que pasan más de 20 años, al acabar Jordi Pujol su último
mandato el Estatut todavía no está 100% desplegado. Es más, en numerosas
ocasiones la Generalitat se ve obligada a denunciar al Gobierno ante el
Tribunal Constitucional por invasión de competencias. A pesar de que muchas de sus
sentencias son favorables a la Generalitat, el estado las incumple de forma
repetida (p.e. cesión de las becas estudiantiles).
2003-2006:
redactado nuevo Estatut
Con una abrumadora mayoría del Parlament de
Catalunya (120 diputados a favor y 15 en contra) se redacta un nuevo Estatut, con
el objetivo de, más que obtener nuevas competencias, establecer mecanismos que
impidan al estado invadir las que ya se disponen. Otro gran objetivo es
asegurar un equilibrio fiscal justo entre Catalunya y España, manteniendo una
“cuota de solidaridad” con el resto de territorios pero siempre con un “principio
de ordinalidad”.
Es un nuevo intento para encontrar un mejor encaje
de Catalunya en España. Igual que pasó con la Mancomunitat, el Estatut de
Autonomía de la República y el Estatut de Sau, el Gobierno central rebaja
considerablemente la propuesta del Parlament. Primero con una negociación entre
Zapatero y Mas, y después con el famoso “cepillado” de Alfonso Guerra
(presidente del comité del Congreso que lo revisa dejándolo de tal forma que “al Estatut no
lo conocerá ni la madre que lo parió”, frase textual de Guerra).
2006-2010:
sentencia contra el Estatut
Durante el proceso de redacción del Estatut, el PP
realiza una campaña recogiendo 4 millones de firmas en toda España en contra
del mismo.
En 2006 el PP y el Defensor del Pueblo (elegido por
el PSOE) denuncian el Estatut ante el Tribunal Constitucional. Este tarda cuatro
años en dictar sentencia,
con un miembro catalán recusado por el PP, otro muerto no sustituido y cuatro
miembros más con su mandato caducado. Curiosamente una vez dictada la sentencia,
en apenas unos meses PP y PSOE se ponen de acuerdo para renovar el tribunal,
eligiendo un presidente que ha sido afiliado del PP durante años y ha realizado
diferentes trabajos y ponencias para la FAES, la fundación del PP. Para
comparar el diferente rasero utilizado, el miembro catalán del Tribunal que fue
recusado por falta de imparcialidad y no pudo participar en las deliberaciones
sobre el Estatut, no había sido nunca miembro de CIU ni de ERC. Tan sólo había
realizado un análisis para la Generalitat de algunos artículos del Estatut.
Finalmente en 2010, cuando el Estatut ya ha sido aprobado por el Congreso y refrendado por un 74% de los catalanes en referéndum, el TC dicta sentencia rebajando todavía más su contenido competencial.
Año 2010-2012: inicio del proceso de
Independencia
La sentencia del Estatut causa un rechazo absoluto
en Catalunya. Un día después de la sentencia, el 10 de Julio del 2010, se
organiza una manifestación en Barcelona en contra de la misma. Según la
Policia acuden 1.100.000 manifestantes. Según la empresa Lynce son
65.000, dato que aparece en todos los medios españoles (p.e. el
Mundo). Yo mismo contacté con ellos para entender cómo habían hecho la medición. Por
escrito me reconocen que, debido a problemas técnicos, el helicóptero que
realizaba las fotos no pudo despegar hasta una hora después de que hubiera
finalizado la manifestación y que sólo tomaron fotos de las calles oficiales de
la Manifestación para no contar a turistas. Tras tres años de vida Lynce ha cerrado sus
puertas…
Desde ese momento hasta 2012 en Catalunya empiezan
varios movimientos cívicos en pro de la independencia que culminan con la
Manifestación del 11 de Septiembre de 2012 bajo el lema: “Catalunya, nou estat
d’Europa” (Catalunya, nuevo estado de Europa). Todos ellos minusvalorados por
los medios de comunicación españoles.
11
Septiembre del 2012: manifestación “Catalunya, nou Estat d’Europa”
Según la Policía acudieron 1.500.000 manifestantes,
según el Gobierno Civil 660.000. Sería el equivalente a como si en Madrid
salieran a la calle entre 4,5 y 9 millones de personas.
Paralelamente y durante estos años, en todas las
encuestas el % de catalanes a favor de la independencia ha ido subiendo hasta
consolidarse alrededor del 50% (57% en la que ha obtenido el mayor apoyo). Los
medios no lo reflejan así al no eliminar ni a los que declaran absternerse, ni
a los que todavía no tienen decidido su voto. Siguen haciéndose trampas al
solitario y algunos ya empiezan a hablar de la “mayoria silenciosa”,
supuestamente a favor de la unidad con España.
20
Septiembre del 2012: reunión Rajoy-Mas sobre el Pacto Fiscal
Cumpliendo con su programa político y con el
respaldo de la mayoría del Parlament de Catalunya, el 20 de Septiembre Mas se
reune con Rajoy para proponerle un pacto que solucione el desequilibrio fiscal
entre Catalunya y España. De nuevo, otro intento más para encontrar un mejor
encaje entre ambos. La respuesta es una negativa tajante de Rajoy.
A partir de este momento, los partidos soberanistas
catalanes abandonan toda esperanza de alcanzar un acuerdo con el Estado español
para encontrar un término medio que permita a Catalunya sentirse cómoda dentro
del mismo. Con ello empieza el “proceso” para poder llevar a cabo un referéndum
que evalúe si existe o no una mayoría de catalanes a favor de la independencia.
Tras continuas negativas a pactar dicho referéndum llegamos a la jornada del 1 de Octubre del 2017 y posterior aplicación del 155, decreto conforme, una vez más, se deroga o interviene la autonomía de Catalunya.
Conclusión
Hasta 1714 y durante 600 años, Catalunya dispuso de
sus propios órganos de gobierno sin ninguna autoridad superior, pues el Rey no
podía imponer ninguna ley sin el consentimiento de las Corts Catalanes (“lo
pactado obliga”). Durante los siguientes 300 años, los catalanes se han
debatido siempre entre dos opciones:
1) Encontrar un mejor encaje en España a través de recuperar competencias
de gobierno.
2) Directamente disponer de un estado libre e independiente.
Hasta en ocho ocasiones se ha intentado la vía de
encontrar un mejor encaje:
·
Las Guerras
Carlistas, el Memorial de Greuges, la Mancomunitat de Catalunya, el Estatut de
Núria, el Estatut de Sau, el Estatut del 2006, la lista de 23 puntos del
president Mas con el pacto fiscal o la lista del president Puigdemont con sus
46 puntos.
En prácticamente todas ellas, la reacción desde
Madrid fue siempre rebajar considerablemente el nivel de autogobierno demandado
por los catalanes o directamente rechazarlo o suspenderlo. Recordemos:
·
Recorte de la
Mancomunidad, recortes del Estatut de Nuria, recortes del Estatut de Sau,
recortes y sentencia en contra del Estatut del 2006, no al pacto fiscal y a los
23 o 46 puntos de los presidents Mas y Puigdemont.
Por esto también son muchas las veces que los
catalanes han optado directamente por intentar separarse de España o al menos
constituirse como un pueblo soberano, probablemente para poder “negociar” de tú
a tú con el estado español:
·
La República Catalana de Pau Claris, la Guerra de 1714, la 2ª República Catalana de
Francesc Maçià, el Estat Català de Companys y por supuesto el movimiento independentista
actual.
En todas estas ocasiones siempre han sido los
órganos de gobierno y democráticos de Catalunya o sus legítimos representantes
los que han dado este paso adelante. Nunca fueron pronuncionamientos de
militares alcistas, ni similares.
Lamentablemente, siempre la respuesta desde Madrid,
Castilla o España no ha sido precisamente democrática. Hasta en cinco ocasiones
se han suspendido o directamente suprimido las instituciones democráticas
catalanas:
·
El Decreto de Nueva
Planta en 1714, Primo de Rivera en 1923, el ejército contra la Generalitat de
Companys en 1934, el propio Franco fusilando al presidente de la Generalitat y
ahora la aplicación del 155.
Si hacemos una media desde 1714, cada 30 años
Catalunya ha intentado recuperar todo o buena parte de su autogobierno. Cuando
las pretensiones eran de un mayor autogobierno, la reacción fue recortarlo. Y
cuando el movimiento era para obtener la independencia o reafirmar su soberanía,
la reacción fue siempre suspender por la fuerza los órganos de gobierno catalanes.
En cierta forma, es como si cada generación de
catalanes lo hubiera intentado al menos una vez. Y, duele decirlo, pero la
reacción desde España recuerda demasiado a la famosa frase del general
Espartero: “habría que bombardear Barcelona cada 50 años”.
El Estatut del 2006, la demanda del Pacto Fiscal y
las dos listas de los presidents han sido los últimos intentos de encontrar un
mejor encaje de Catalunya en España. Y de nuevo las aspiraciones de los
catalanes se han visto recortadas o directamente rechazadas. Llueve sobre
mojado. Por eso, si miramos lo que ha pasado a lo largo de la historia, no
debería extrañarnos que ahora los catalanes opten por la otra vía, la de reclamar
la independencia a través de ejercer su derecho a la autodeterminación.Y
tampoco nos debe extrañar que la reacción del estado español haya sido la
represión.
La historia es cíclica y los problemas sin resolver
vuelven una y otra vez. Sólo este mero relato de los hechos ya debería hacer reflexionar
a la mayoría de los españoles. Escudarse en que es un suflé, un lavado de
cerebro, un intento de CiU de esconder sus vergüenzas, culpar a TV3 con su 14%
de audiencia o a las escuelas catalanas cuando la gente mayor que fueron a las
escuelas franquistas son igual o más independentistas que los jóvenes, es
engañase a uno mismo.
¿No sería más prudente pararse y escuchar las razones
de un pueblo que durante 300 años una y otra vez ha querido ser soberano?
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